Uno de los legados más importantes y más escasos de la civilización maya son los 4 códices mayas conservados. Estos códices son libros escritos en época prehispánica, un auténtico tesoro de la Humanidad.
Los códices mayas se elaboraban sobre piel de venado y en papel amate, confeccionado con las fibras vegetales del árbol. Es más bien un soporte textil que de papel. Se elaboraban a mano y los tintes eran vegetales. Tienen forma rectangular, se doblan como un acordeón y son de tamaño pequeño. Esto nos da a entender que eran de uso individual.
¿Qué nos cuentan los códices mayas?
Los escritos recogían principalmente el conocimiento astronómico: calendario numérico, los dioses y sus ceremonias fijadas en el calendario, profecías, calendarios lunares, de siembras, astronómicos… auténticas joyas del saber maya. Escritos que nos dan un apoyo real, una ventana directa a lo que fue la civilización maya. Las representaciones gráficas no tiene desperdicio, qué cosa más bella repleta de información.
¿Cuántos códices mayas existen?
Sólo nos han llegado 4 códices mayas en condiciones aceptables:
- el Códice de Dresde,
- el Códice de Madrid,
- el Códice de París, estos 3 llevan el nombre de la ciudad donde se encuentran,
- y el Códice de Grolier, descubierto en México en 1965.
Los códices, como la mayoría de los registros de escritura maya, se desarrolla durante el Período Clásico, que comprende del 250 a.C. al año 900 d. C. Fue el período de máximo esplendor de la civilización maya, de los grandes linajes, batallas, arte, avances, descubrimientos, desarrollos.
En esta época proviene el apogeo del saber maya. La base del conocimiento de lo transmitido en los códices se moldea en esta época.
¿Por qué se conservan tan pocos códices mayas?
Las causas son varias y todas suman en este pobre legado. La civilizicación maya sufre un colapso a finales del Período Clásico, del 700 d.C. en adelante. Unos 150 años de crisis prolongada lograron que esta gran civilización se empobreciera y afrontara su declive hacia el año 1500 d.C. El arte, los estudios, los refinamientos, la ciencia, el mimo por la belleza… ya no volvió a ser lo mismo, no se repitió vivir de nuevo bajo ese esplendor cultural e intelectual.
Mil e infinitas historias que habrán pasado los códices que sobrevivieron, los que no se quedaron en ciudades abandonadas, durante esos 650 años que transcurrieron hasta la llegada del colonizador español. El clima tropical de las tierras mayas no ayudó en la conservación de los códices, que ya de por sí son de un material frágil y perecedero.
Cuando el colonizador llega a la Península de Yucatán en 1547 se encontró una cultura maya viva derivada de una civilización en ruinas desde hacía unas décadas. El evangelizador español en su ardua carrera por salvar las almas gentiles de los mayas, aniquiló gran parte de la cultura maya, plagada de herejías y actos diabólicos. A lo largo de todo el territorio maya destruyó aquello que consideró diabólico, prácticamente todo.
Pocos fueron los Códices salvados. Sólo en el tristemente conocido Auto de fe de Maní se destruyeron ”5.000 ídolos de diferentes formas y dimensiones, 13 grandes piedras utilizadas como altares, 22 piedras pequeñas labradas, 27 rollos con signos y jeroglíficos, toneladas de libros y 197 vasijas de todos los tamaños”.
Lamentablemente la destrucción no fue sólo en este lado del charco. Los Códices Mayas que fueron rescatados y llevados a Europa sufrieron los desastres de la destrucción de la Segunda Guerra Mundial, que arrasó ciudades enteras. Las guerras provocan demasiados daños irreparables.
También el mismo tiempo que todo lo erosiona y el escaso interés o saber de todos los implicados en la cadena de preservación de la cultura maya, de la que habríamos podido aprender mucho más. El interés en la civilización maya se desarrolla el siglo XIX.
FAMSI (fundación para el avance estudios mesoamericanos) tiene excelentes enlaces a cada uno de los Códices Mayas: Códice de Dresde, Códice de Madrid, Códice de Paris y Códice de Grolier.
Un sinfín de vicisitudes en el camino han marcado la suerte de estos 4 códices mayas. Estos han permitido ahondar en el conocimiento del maya, siendo los escritos mayas de mayor intelectualidad. Son de un valor inconmensurable para el ser humano, para seguir aprendiendo de nuestros breves pasos por esta vida.
Buen camino,
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Tienes mucha razón cuando escribes que son auténticos tesoros. La destrucción intencionada en un intento de imponer la fe cristiana, (aunque es algo que ha ocurrido con todas las religiones y en todas partes del mundo), ha causado un daño irreparable al conocimiento de las culturas sud y mesoamericanas. Añadido a las dificultades de conservación, por las propias características del soporte, y las condiciones climáticas ha supuesto que únicamente los cuatro que indicas se hayan conservado. Esperemos que seamos capaces de valorarlos justamente, y preservarlos como se merecen. ¡Una entrada bien chula!
Saludos!
Existe la idea instaurada que los españoles lo destrozaron todo, achacan a Fray Diego de Landa la desaparición del antiguo legado maya en la Península. Lo cierto es que el clima tropical fue el gran causante de la pérdida de los mal conservados códices y demás escritos en papel amate u otro soporte. Y Fray Diego quemó y destruyó mucho patrimonio, pero no es causa principal en esta lamentable pérdida. Saludos viajeros, gracias por comentar.