Las Haciendas en Yucatán son uno de los mayores atractivos en la Península. Podemos conocer y entender gran parte de la historia social, cultural y económica de la zona a través de las Haciendas. Es uno de los viajes más interesantes para acercarte a la diversidad cultural en la región.
En 1880 la Península de Yucatán era una de las regiones más prósperas de México gracias al desarrollo de las Haciendas henequeras, un producto que denominaron el oro verde del Yucatán. A lo largo de la Península crecían las plantaciones de henequén, hubo más de 1100 haciendas en la península de Yucatán.
Vamos a conocer una parte fundamental de la historia de la región a través de las Haciendas en Yucatán. ¿Qué son las haciendas?, ¿por qué se instauraron en México?, ¿cómo funcionaban las haciendas?, ¿cómo vivían sus trabajadores?, ¿cómo han marcado la sociedad actual las haciendas?, ¿qué es el henequén y por qué fue un producto tan exitoso?, ¿qué ocasionó el declive de las Haciendas?, ¿qué función tienen hoy en día las Haciendas?.
A los curiosos os va a gustar este paseo por las Haciendas de Yucatán.
ORIGEN DE LAS HACIENDAS
La definición de Hacienda es una finca agrícola de gran tamaño. Su origen es castellano, y su desarrollo en Andalucía fue un éxito entre los siglos XIV y XVI. Todavía hoy en Andalucía este sistema latifundista de haciendas sigue funcionando con terratenientes como la conocida casa de Alba.
Los terratenientes castellanos no vivían en el campo, de hecho despreciaban la vida del campo. La hacienda formaba parte de sus negocios y estatus social. Las Haciendas en España son poderosas factorías de aceites, de vides para uva y vino, plantíos de cereales y ganaderas. En la zona de Andalucía estas haciendas también eran lugares donde los terratenientes les gustaba reunirse y celebrar eventos, pasando a ser las Haciendas centros de exhibición recreativos, donde alardear socialmente de su poder adquisitivo.
Vamos a ver cómo este modelo de Haciendas se instaura en México y en la Nueva España como parte estratégica de dominación por parte del conquistador.
En la actualidad continúan vigentes males heredados desde la época colonialista, donde la discriminación a los mayas fue una constante. A lo largo del tiempo esa manera de pensar y actuar, se queda permeabilizada en la cultura colectiva de la masa social, los conceptos discriminatorios se naturalizan en gran parte de la sociedad sin apenas percibirse.
Sin duda persisten esos males de discriminación hacia los pueblos originarios. Debemos mejorar como sociedad, en todos está cambiar comportamientos discriminatorios.
EL PORQUÉ DE LAS HACIENDAS EN MÉXICO
Las medidas de control del reino de España fueron aplicadas minuciosamente en la llamada Nueva España. La réplica de las Haciendas en México se implementa de forma global a medida que avanza la colonización. Las Haciendas eran modelos de organización económica y social de las élites castellanas para gobernar en el campo y sus pobladores.
En América se establece y desarrolla la conquista a través de las Haciendas desde 1530-1850 d.C. El sistema de La Encomienda usado por el reino de España daba un gran poder a los colonizadores, era la manera que tenía de pagarles.
SISTEMA DE LA ENCOMIENDA EN LAS HACIENDAS EN MÉXICO
La encomienda fue la principal forma que tuvo la Corona española para premiar el esfuerzo de los conquistadores por sus servicios en América. Consistió en «un derecho concedido por merced real a los beneméritos de las indias para cobrar y percibir para sí los tributos de los indios que se les encomendaran, por sus vidas y las de un heredero, conforme a la ley de sucesión, con cargo a cuidar del bien de los indios en lo espiritual y temporal, y de habitar y defender las provincias donde fueran encomendados y hacer cumplir todo esto».
Esto quiere decir que los gobernadores colonizadores repartieron entre los suyos grandes terrenos de tierra con mano de obra gratis incluida. Los mayores beneficiarios de ser dueños de estas Haciendas fueron personas del ámbito religioso y del ejército, los grandes cómplices de la colonización. La encomienda te obliga a acoger a indígenas bajo tutela para evangelizarlos y protegerlos (para someterlos, claro).
Además los nativos debían pagar un tributo a la Corona a través de sus encomendadores al ser parte de la Corona. Así es como dominaron a los pueblos originarios de América, desde mapuches, mayas, olmecas, aztecas o incas, todos fueron sometidos bajo el sistema feudal de La encomienda.
Con los años los trabajadores pasaron de vivir en total esclavitud a ir adquiriendo derechos civiles, pero la brecha ya estaba bien marcada y definida. Los conquistadores y sus descendientes pasaron a dirigir los territorios a través de sus cargos públicos, hasta la fecha.
La colonización creó un sistema de castas derivado de la procedencia que todavía perdura hoy día. Vivimos marcados por los rasgos y tono de piel, esta es nuestra realidad. Lamentablemente tenemos naturalizados muchos más pensamientos e ideas de las que creemos.
LAS HACIENDAS EN YUCATÁN
Así como otros territorios del actual México, las tierras mayas del Sudeste fueron colonizadas a través de las haciendas. Las haciendas en la península de Yucatán tuvieron un papel muy destacado en la época del oro verde, un producto que de forma sorprendente modificó la economía y sociedad de la época.
En cada zona de México se daba un tipo de cultivo, y la Corona de España permitía plantar cualquier producto mientras no fuera ni olivo ni vid. El aceite, la uva y el vino eran productos exclusivos para terreno meramente castellano.
La corona de España prohibía plantar olivos y vides
En las haciendas de Mérida y Campeche, donde se recogen el mayor número de haciendas en la Península, se daba sobretodo el cultivo de maíz y ganado, con el algodón y la caña de azúcar. En esta tierra dura, llena de minerales, otro producto que se daba era el henequén, una especie de cactus. Este producto usado desde el maya antiguo para confeccionar vestimentas o cuerdas fue el desencadenante de las Haciendas más potentes.
QUÉ ES EL HENEQUÉN, EL SOSKIL DEL MAYA
El llamado oro verde es una especie de cactus nativo del Yucatán. De las hojas del henequén (agave fourcroydes) se extraen sus fibras naturales para la fabricación de hilos y tejidos de uso doméstico, comercial, agrícola e industrial. El maya antiguo lo usaba en tejidos de ropa, hamacas, sacos o para hacer cuerdas. Del henequén se fabrican productos como las gruesas cuerdas que servían para amarrar los barcos, hilo para embalar, telas para decorar paredes, alfombras, sacos para café, cacao o maíz.
La planta vive alrededor de veinticinco años. Los siete primeros se desarrolla y durante los quince años siguientes da sus mayores pencas para la fibra natural, producto que se extrae. Del centro de las pencas surge el varajón, cuando éste florece anuncia la muerte de la planta.
En maya yucateco la fibra del henequén se la conoce como soskil
Bajo el fervor de una demanda constante de henequén sobretodo desde Estados Unidos, Francia e Inglaterra, surgieron muchas haciendas, superando el millar a principios del siglo XX. Yucatán fue el principal abastecedor de henequén a nivel mundial, muchas haciendas maiceras y ganaderas se pasaron al henequén.
HACIENDAS HENEQUERAS EN YUCATÁN
El oro verde marcó la vida social y económica de la región de Yucatán donde todo giró alrededor del henequén durante un centenario. Estas Haciendas henequeras eran y funcionaban como auténticas ciudades independientes, con todos los servicios incorporados dentro de sus terrenos.
A partir de 1850 los documentos afirman que empieza el auge del henequén en Yucatán. Estados Unidos fue el principal valedor de este producto. Gracias a la industrialización de la obtención de la fibra del henequén, gracias al invento de la raspadora mecánica, se puedo rendir mucho más este producto. Hasta esos tiempos se hacía de forma manual, tal y como vemos en la imagen.
Durante el período de 1850 a 1950, la industria henequera fue tan potente en Yucatán que incentivó un desarrollo espectacular de las comunicaciones, la banca y el comercio. Esto provocó un consecuente aumento en la población, con registros migratorios tan dispares como chinos (muchos para construir las vías férreas), italianos, coreanos e indios yaquis de Sonora que vinieron a trabajar en las haciendas.
Estos trabajadores vinieron a suplir la mano de obra de los mayas que estaban alzados contra la opresión de los gobernantes. Era la época de la llamada Guerra Social o Guerra de Castas que aconteció del 1847-1901 en la Península, y llevó a buena parte de la población maya a alzarse contra los abusos constantes recibidos.
Como reflexión, este capítulo de la historia no lo enseñan en las escuelas, no se habla de la Guerra Social. Mis amigos mayas con los que he hablado del tema, ninguno lo ha aprendido como temario escolar. Las historias que no explican en las escuelas son las que realmente te hacen entender la Historia en general; lo que se calla, lo que no interesa son miles y miles de piezas silenciadas por los vencedores.
Finalizada la Guerra Social, algunos mayas regresaron a trabajar a las Haciendas bajo unas mejores condiciones, pero continuaron sometidos de forma económica al poder establecido. Lo cierto es que opresor y oprimidos continuaron siendo los mismos.
CAUSAS DEL DECLIVE DEL HENEQUÉN EN LAS HACIENDAS EN MÉRIDA
A pesar de ser el principal surtidor de henequén mundial, Yucatán no podía abastecer toda la demanda. A partir del 1910 empieza el declive por dos razones principales, a las cuales se unió una tercera más tarde.
- Países como Brasil, Cuba, Haití así como Kenia y Tanzania empiezan a exportar y entran con precios competitivos en el mercado de la fibra natural.
- La reforma agraria introducida gracias a la Revolución mexicana, divide las inmensas plantaciones, las grandes henequeneras necesitan grandes extensiones de plantíos, y los trabajadores ganan algunos derechos. El negocio deja de ser tan rentable.
- Después de la II Guerra Mundial, con la aparición de la fibra sintética, la industria del henequén cae a pique. La fibra sintética acaba sustituyendo al henequén en la mayoría de sus usos al ser un producto más económico e igual de resistente, leyes de mercado.
El henequén también fue conocido como sisal. Este nombre nació por una curiosa razón: el nombre de la población portuaria mexicana de donde partían los barcos cargados con el henequén, era Sisal. Así que Sisal era el nombre con el que marcaban los embalajes de los productos y fue el que cuajó en los países extranjeros, confundiendo el nombre del puerto con el henequén.
CÓMO ERAN LAS HACIENDAS
Las hectáreas de los terrenos de las Haciendas se encontraba la propia fábrica henequera, el almacén, el taller y la desfibradora. La casa principal presidía la entrada a la Hacienda. Una parte del terreno era destinado a las casas de los trabajadores, la escuela, la iglesia, el hospital, y la cárcel. Como decimos, eran auténticas ciudades las haciendas más notorias.
Las Haciendas en Yucatán se usaban sólo de forma ocasional por los dueños: los patrones de origen europeo o mestizo tenían sus propias casas residenciales en Mérida, la capital yucateca. Iban a la hacienda eventualmente a celebrar reuniones y festejos.
La casa principal era de techos altos para proporcionar una buena ventilación y así convivir mejor con el intenso calor de Yucatán. La cocina de la casa principal se mantenía siempre limpia porque se cocinaban en las viviendas de los trabajadores de la hacienda. Los dormitorios completaban las estancias.
CÓMO VIVÍAN LOS TRABAJADORES MAYAS EN LAS HACIENDAS
Los trabajadores de las haciendas eran la mayoría de origen maya. Vivían y trabajaban dentro de las Haciendas en régimen de esclavitud, aunque evitaron totalmente esta palabra en los escritos que narran la historia. La tradición oral explica otra realidad por parte de los mayas. Las grandes haciendas funcionaban como mini países, manteniendo a sus trabajadores en un sistema de esclavitud disfrazada. Las haciendas más notables tenían sus propias leyes y moneda.
LA NOHOCH CUENTA DE LOS TRABAJADORES DE LAS HACIENDAS
Los grandes propietarios usaban el registro de la nohoch cuenta con sus trabajadores, un registro escrito del dinero prestado por adelantado al trabajador con la finalidad de endeudarlos y someterlos en la hacienda de por vida. Había una cuenta pequeña y otra cuenta grande (nohoch cuenta), y los mayas siempre debían.
Aunque parezca muy loco este sistema, lo cierto es que hoy en día lo sigue usando por ejemplo los bancos con los propietarios de casas y otros muchos casos.
Tener una moneda propia en la Hacienda les permitía pagar a los trabajadores con ella: sólo era válida dentro de su hacienda y el cambio a la moneda de uso corriente salía desorbitado. Así mantenían a los trabajadores en un estado ciertamente limitado, gastando lo ganado de nuevo en su hacienda y endeudando al personal con el alto nivel de vida que imponían a su antojo algunos henequeros.
El ser humano siempre mostrándose abusador con el más débil, nada nuevo lamentablemente.
Dentro de los terrenos de las Haciendas se encontraba la escuela con doctrina católica para los mayas, la capilla no podía faltar. La justicia se impartía en la propia hacienda al criterio del patrón, quien tenía derecho de pernada, tal y como era en tiempos feudales. Las mujeres eran usadas para ser casadas con quien quería el patrón. A algunos trabajadores varones se les permitían tener sus milpas para no cortar con el apego tradicional del maya con su tierra y la jerarquía familiar.
Los trabajadores mayas vivían y morían enterrados en el cementerio de la hacienda. Una vida al servicio del patrón.
La pobre alimentación a base de maíz que proporcionaban a los trabajadores, les hacía tener enfermedades. Entre ellas había una enfermedad llamada pelagra, que además de afecciones en la piel provoca delirios y enfermedades mentales. La miseria mata, otra verdad de las Haciendas y de nuestro panorama histórico.
LA CASTA DIVINA, LOS AMOS DEL HENEQUÉN
Durante el esplendor de esta época se vivió bajo los encantos de la influencia francesa. Los barcos que regresaban de Europa una vez desembarcado el henequén, venían cargados de mercancías francesas como muebles para decorar las casas, cerámicas, vinos, baldosas.
La influencia francesa se dejó notar en el Paseo de Montejo de la señorial Mérida, emulando los Champs-Elysées de París. En este paseo es donde residían los hacendados, gran parte del clan de la Casta Divina. Los pertenecientes a la Casta Divina eran las familias más poderosas, las cuales monopolizaron el mercado del henequén.
LAS HACIENDAS EN LA ACTUALIDAD
Este siglo de esplendor que vivió Yucatán nos ha dejado como testimonios cientos de hermosas Haciendas. De las poco más de 120 haciendas aproximadas a principios de siglo XX, hoy quedan unas 400 Haciendas, muchas de en pie en estado de abandono.
En la actualidad se han transformado en hoteles, unas en espacios de reuniones y celebraciones de eventos como bodas, cumpleaños o quinceañeras, otras se reformaron con todo lujo de detalles para que el turista las visite, unas pocas continúan vivas trabajando el soskil para una industria de productos que todavía perdura y otras muchas en estado de ruina y abandono.
Hay Haciendas para todos los gustos: la más turísticas como Sotuta de Peón o la de Ochil donde ofrecen recorridos guiados, la imperdible Yaxcopoil, la maravillosa Ake, donde todavía sigue funcionando su fábrica henequera. Algunas reformadas en hoteles de lujo como la Hacienda Temozón, San José de Cholul, Santa Rosa, Sacnicte, la Uayamon. Otras como la hacienda Mucuyché ha recuperado los cenotes para habilitarlos al público.
Echamos mucho de menos en este capítulo de las Haciendas en Yucatán, como mínimo una Hacienda regentada por el Gobierno que sirviera como museo de relato de la historia de las Haciendas. Estos lugares bien explicados hacen conciencia en el ser humano, nos hacen ver nuestros pasos, nos hacen conocer. El que hoy en día las Haciendas las estén recuperando entidades y capital privado para eventos y hospedajes no deja de ser una prolongación de los establecido hace muchos siglos.
Muchos viajeros aprovechan el viaje para dormir en una hacienda, es una de las experiencias que puedes vivir en Yucatán. Ojalá la verdadera historia de las haciendas en Yucatán tuviera más visibilidad.
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Si vas en coche particular tienes la posibilidad de adentrarte por uno de los caminos que llevan a haciendas que se ven desde la carretera, ya verás que te será fácil comprobar el carácter afable de los yucatecos, siempre dispuestos a enseñarte su hacienda mientras te explican alguna que otra anécdota.
Seguro que te sorprenden estos lugares, visites la que visites encontrarás recovecos donde seguir respirando historias pasadas. Vale la pena conocer este pedazo de historia dentro de sus muros.
Te dejamos un listado completo sobre Haciendas en la Península de Yucatán. Hasta algunas se llega en transporte público, aunque suelen estar retiradas de la carretera.
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Preciosas construcciones, saludos
Jamás había oído hablar del henequén ni de su industria. Me ha gustado leer la entrada. y ¡vaya lujo de viviendas! con esos techos tan altos. Si todavía quedan algunas pequeñas haciendas dedicadas a ello, los tejidos serán de calidad y los productos resultantes serán caros ¿no? ¿A que tipo de tejido se parece? Un saludo Sandra!
Como el cáñamo, de hilos rasposos… los sacos de patatas, sabes? En la casa de mi mamá, había una alfombra de henequén. Ella conocía el producto como sisal. Ahora, las poquísimas haciendas activas trabajan a un nivel muy bajo algo de henequén para fabricar souvenirs, para el turismo, y poco más. No se sustentan ni de coña, ya no se usa el producto. Un fuerte abrazo Pilar!
Que información mas interesante, leí cosas que jamas había escuchado, ademas las fotos están espectaculares, felicidades
Estoy loco por visitar Merida y Campeche. Ya he investigado el area y conozco de las haciendas henequeras. Esas casonas son muy bonitas. Solo estuve por Cozumel pero no cruzé a la península. Algun dia pronto…
Sí Eduardo, la zona es realmente para disfrutarla, de mucha naturaleza, cultura maya, cenotes, ciudades coloniales, grutas, playas…. vivo hace años aquí, y para mí es como un patio de recreo. Y la gente estupenda! Si necesitas cualquier cosa ya lo sabes. Saludos!